domingo, 26 de septiembre de 2010

Practica #2 Acción de la amilasa sobre el almidón

Introduccion

En esta práctica intentamos demostrar la existencia de la enzima amilasa (ptialina) en la saliva. Comos sabemos, la ptialina degrada el almidón en maltosas y glucosas. También hemos ya comprobado cómo el lugol es un indicador de la presencia de almidón y los reactivos de Fehling lo son para los azúcares reductores, en este caso los obtenidos de la digestión del almidón.
Con estos datos diseñamos un experimento para demostrar la existencia de la amilasa en la saliva, que no salió del todo bien...yo creo que porque no le dimos el tiempo suficiente a la enzima para degradar la disolución de almidón.

Para comprender los principios y las ventajas de la suplementación de enzimas, es necesario observar estrechamente los factores envueltos: el substrato, los tipos y acciones de las enzimas y las propiedades que dará este agregado enzimático a los productos finales.
Debido a que la estructura espacial de la proteína participante de las enzimas (por ej., Helicoidal o globular) es muy sensible frente a las condiciones ambientales (temperatura, aire y agentes químicos), las enzimas son bastante lábiles, debiendo conservarse secas, en envases cerrados y a baja temperatura, si se almacenan por mucho tiempo. Sus soluciones deben ser recientes y se preparan en tampones apropiados con adición de adecuados reactivos de protección.

Amilasa

La amilasa, denominada también ptialina o tialina, es un enzima hidrolasa que tiene la función de digerir el glucógeno y el almidón para formar azúcares simples, se produce principalmente en las glándulas salivares (sobre todo en las glándulas parótidas) y en el páncreas. Tiene un pH de 7. Cuando una de estas glándulas se inflama aumenta la producción de amilasa y aparece elevado su nivel en sangre. Fue la primera enzima en ser identificada y aislada por Anselme Payen en 1833, quien la bautizó en un principio con el nombre de diastasa.
En pocas palabras, en biología es una enzima presente en la saliva, que hidroliza el almidon de todo alimento.
Las enzimas amilasas son empleadas en la fabricación de pan para romper azúcares complejos como el almidón (presente en la harina) en azúcares simples. La levadura puede entonces alimentarse de esos azúcares simples y convertirlos en productos de fermentación alcohólica. Este proceso da sabor al pan y hace elevar la masa. Las células de la levadura contienen amilasas pero necesitan tiempo para fabricar la suficiente cantidad para romper el almidón. Este es el motivo de la necesidad de largos tiempos de fermentación (especialmente para determinadas masas). Las técnicas modernas de elaboración de masas incluyen la presencia de amilasas para facilitar y acelerar estos procesos.
Algunas amilasas bacterianas se emplean como detergentes para disolver almidones en determinados procesos industriales.
En la maduración de frutas la amilasa es sintetizada en la maduración, degradando el almidón de las frutas en azúcar, y volviéndolas más dulces.




Bibliografia

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